No estoy rellenita, estoy que rebiento!!!

Mentiras creativas sobre nuestra figura estival y escultural.

Cuando llega el Verano es la época más propicia al autoengaño y al drama griego. Es entonces cuando nos encaramos con ese despiadado enemigo que es el espejo. Ha llegado el momento en que deseamos desde el fondo del corazón tener unas vacaciones de esas que nuestra mayor preocupación sea el bikini que nos ponemos.

Así que cuando desenpolvamos los trajes de baño o miramos algunos en las tiendas, comienza el calvario. Nos desparramamos, nos extendemos como un gas, atentamos contra los límites de nuestro própio cuerpo y pasamos la frontera estetico-física de nuestra talla ideal.

Entonces comienza el momento creativo y las excusas, por no decir de las soluciones de ciencia- ficción. (Sí el porno y las excusas sobre el peso son nuevos géneros de ciencia-ficción):

1. Es todo líquidos. Viva! Pongamonos ciegas de diuréticos y de saunas.
   
2. Sólo es un poquito de celulitis. Comienza el proceso acelerado de rebozarnos en crema y a frotarnos con guantes de crin. Viva las duchas congeladas para mejorar la circulación y que arrolle con la grasa!
   
3. Sólo me sobran un par de kilos para estar perfecta, este michelín milimétrico me lo cargo en dos semanas. Comienza la carrera contrarreloj con las dietas milagros y la agresividad es comparable a dejar de fumar. (NUNCA hacer las dos cosas a la vez. Hay que tener piedad por los que nos rodean).
4. En realidad son gases, yo no tengo esa tripa, de hecho tengo muy malas digestiones. (Esta es buena, ¿los gases son sólidos..?). Ni un pedo retenido!, (que horror!).

Frases célebres expresadas cuando la evidencia de que no hay manera de meter ni tetas ni culo en ninguna talla "normal", de esas tiendas en las que los bikinis tienen un precio asequible, para conseguir un armario digno y variado de trajes de baño:

• Si no me tiro de golpe al agua, entro en esta talla de sostén y no se me salen los pechos. (Para alborozo del sector masculino playero claro...).
• Si me cojo la talla para arriba de bebé a lo mejor parece que tengo pecho. O, si le pongo medio kilo de relleno con suerte no floto y hasta parece que tengo. (Lo malo es que después no dejas de chorrear agua, hasta que la espuma lo suelta todo, sig!).
  
• Si doy de sí esta braguita en la labadora antes de ponérmela no me rebosarán las caderas por encima. O mejor, me compro una tanga y me la subo a las orejas para que no me marque el culo del todo. Total como sólo es una tirilla por detrás, tapar no tapará, pero marcar tampoco.
• No existen bragas con relleno en el culo?, porque de tanto espining se me ha quedado como una tabla. Eso sí, los michelines inmutables...
  
• Y si me compro un bañador para que no se noten los michelines? (Nota mental: la maldita licra se chiva miserablemente de la tripa y las protuberancias poco adecuadas y no aguanta el pecho si no vas literalmente embutida en el bañador...Y hay que respirar).

Al final, irremediablemente, la evidencia nos da en la cara, o en los cahetes, una buena tunda y tenemos que admitir que es cierto: no estoy rellenita, estoy que rebiento!!!

Soluciones:

• Ves a una playa nudista. Seguro que la licra estampada no saca más michelines de los que tienes y la gente que está allí no te mira directamente la desnudez, porque es de mala educación, y al menos no te sientes observada.
• Comprate el bañador-burca. Incómodo, pero no marca nada. Y cuando te descubras siempre puedes decir: sorpresa!!!
  
• Ves a una corsetería especial que tengan tu talla, donde te venderán un bikini de vieja terrible, que más bien parecerá una coraza, eso sí, a precio de oro. Al menos llevarás tu talla.
• Ni te preocupes, comprate el bikini que te deje nadar y te aguante mínimamente o tape de forma que tu consideres decorosa. Fíjate en las brasileñas con sus tangas de hilo dental, ni un complejo... (Vale están todas buenísimas, pero sobre todo estar buena también es un estado mental y tirarle mucho morro. Y morro y tetas es lo que le sobra a las brasileñas. Ole por ellas.)

En fin, lo dicho, ves a la playa y a quien no le guste que no mire, que no tienen obligación ninguna y algunos de ellos es cierto que sólo tienen un michelín, pero no se pueden ver las chanclas. Además el efecto bola de pelo mojada no los pone tampoco más atractivos.

Que se mueran los feos!, que yo me voy a la playa acompañada de mis redondeces, que con lo que me ha costado criarlas como para no sacarlas de paseo...